El compromiso o es total o no es

Alabado sea Allah, Señor de los mundos, para Él es la buena y la hermosa alabanza. Doy testimonio de que no hay más dios que Él, no tiene asociados, dice la verdad y guía al camino, y doy testimonio de que Muhammad es Su siervo y mensajero, que la paz y las oraciones de Allah sean con él, con su familia, con sus compañeros y con aquellos que le sigan con virtud hasta el día del juicio.

A continuación:

Allá, hacia el año 711, estaba a punto de librarse una batalla que definitivamente marcaría un antes y un después en la historia del mundo.

En la región del río Guadalete (Waadi Lakkah), estaba por comenzar una batalla sangrienta que decidiría el futuro de la península Ibérica.

Un ejército musulmán, enviado desde Tánger por Musa Ibn Nusayr y encomendado a Tariq Ibn Ziyad, desembarcó en la península Ibérica con la intención de conquistarla.

Las tropas musulmanas de Tariq Ibn Ziyad que consistían de 12.000 hombres, estaban siendo testigos de como un abrumador ejército visigodo de 100.000 hombres estaba caminando hacia ellos, confiado, bajo el mando de su rey; Rodrigo.

La diferencia de números era insólita.

Los cristianos iban confiados, sabiendo que tenían la ventaja.

Tenían un ejército más grande, más preparado, mejor organizado, conocían mejor el terreno y estaban más próximos a las provisiones.

Iban tan confiados, que venían ya con carruajes donde encerrar a los prisioneros musulmanes que capturen.

Con bestias cargadas únicamente con cuerdas para atar a los musulmanes una vez les derroten.

El rey Rodrigo incluso venía con carretas llenas con sus riquezas. Vestido con una capa adornada con perlas y rubíes. Signo de su arrogancia.

Pero antes de que la batalla comenzase, Rodrigo envío a un espía a las líneas de Tariq Ibn Ziyad para que recopilase información.

Para su sorpresa, el espía al volver dijo las siguientes palabras:

(Pelos de punta)

Y aquí viene lo interesante, os preguntaréis: “Pero espera… ¿Cómo que no tenían barcos? ¿Entonces como llegaron desde Tánger?“

Pues con barcos justamente.

Pero una vez Tariq Ibn Ziyad desembarcó, los mandó quemar todos.

TODOS.

No dejo ni una sola vía de escape. No tenían refugio, ni escapatoria.

Tariq Ibn Ziyad le dijo a sus tropas:

Solo tenían dos opciones.

Vencer o morir.

Y de eso venimos a hablar hoy.

En ocasiones nos enfrentamos a grandes desafíos, nuevos proyectos, ambiciones que deseamos, etc.

Pero nos secuestra el miedo.

El miedo de que ese reto nos quede grande.

Y no podemos hacer más que acercarnos hacia esa gran “batalla” con miedo.

Con los ojos más puestos en la ruta de retirada que en la batalla en sí.

Y ese es el gran problema que Tariq Ibn Ziyad quería quitar del corazón de sus soldados.

El problema de “tener una escapatoria”.

Porque Tariq entendió que si el ser humano tiene la posibilidad de abandonar; abandonará.

Es justamente cuando no tenemos alternativas, cuando “no tenemos escapatoria” que tenemos éxito.

Si las personas tan solo tienen la opción de tener éxito o “morir”, tienden a tener éxito.

La razón por la que no conseguimos las cosas que nos proponemos es porque dejamos abierta la puerta de salida “por si acaso“

La dejamos abierta para cuando nos cansemos, nos entre miedo o para cuando dudemos de nosotros mismos.

Y siempre da la casualidad de que acabamos necesitando tomar la puerta de salida. SubhanAllah.

Quiero que a partir de ahora dejes de tomar decisiones a medias.

Deja de pretender que es “valiente” o “inteligente” el hecho de no comprometerse totalmente.

Porque no eres prudente, tan solo eres cobarde.

Ve con TODO. No dejes opciones para nada que no sea cumplir tu objetivo.

¿Quieres adelgazar y comer bien?

Deshazte de toda la comida poco saludable de casa. Toda.

Tendrás dos opciones; comer bien o morirte de hambre. Te aseguro que tomarás la primera opción.

¿Quieres madurar, tomar responsabilidades y hacerte un hombre de una vez por todas?

Vete de casa de tus padres. Vete a otra ciudad, empieza a trabajar y responsabilízate de ti mismo.

Tendrás dos opciones; trabajar, pagar facturas y hacerte un hombre o acabar debajo de un puente. Te aseguro que tomarás la primera opción.

Y así con todo.

Por cierto, aún no os he acabado la historia.

Tariq Ibn Ziyad y sus hombres ganaron la batalla de Guadalete con el permiso de Allah. Liberaron al pueblo visigodo de la injusticia bajo la que vivían y abrieron las tierras conocidas como Al Ándalus.

Tras la batalla de Guadalete, conquistaron las tierras de Ishbilyah (Sevilla), Qurtubah (Córdoba), se reunieron en Tulaitalah (Toledo) tras haberla conquistado y continuaron sus conquistas, abriendo también Saraqustah (Zaragoza), Washqah (Huesca), Lardah (Lérida)… y el resto es historia.

¿Y como se consiguió esto? Dejando el éxito como única opción y encomendándose a Allah completamente.

Ellos conquistaron Al Ándalus. Nosotros debemos conquistar nuestros miedos, nuestras dudas, nuestros resentimientos… y tenemos que dejar el éxito como la única opción posible.

Antes de que me vaya quería pedirte un enorme favor que te costará muy poco insha’Allah.

Si te sientes en deuda con Al Qabilah de alguna manera por el valor que hay en este mail, te pido por favor que ayudes a que este valor llegue a otro hermano o hermana musulmán/a. Compártelo en historias, en Twitter, en WhatsApp o donde tú más prefieras.

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Confío ciegamente en tu buena voluntad y en tus ganas de ayudar. Baraka lahu fik/i

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Cualquier cosa incorrecta que haya dicho, sabed que el error es mío y de Shaytan, y Allah y su profeta están libre de él.

¡Nos vemos de nuevo en la próxima carta!

Jazakumu Allahu Khayran wa Salam u alaikoum wa rahmatullah!