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Mi profesora tenía razón.
Como una lección de economía cambió mi forma de ver el mundo.
Alabado sea Allah únicamente y las oraciones y la paz sean con aquel después de quien no hay profeta. Oh Allah, bendice y concede paz y bendiciones a nuestro amado profeta Muhammad, a su familia, a sus compañeros, y a aquellos que le sigan con virtud hasta el día del juicio.
Oh Allah, enséñanos lo que nos beneficia, y benefícianos con lo que nos enseñas. Guíanos, guía a través de nosotros y haznos una causa para los que son guiados.
A continuación
Recuerdo aquellos años en el instituto.
Sobre todo esos últimos dos años de bachillerato. Los últimos años que cursé en el sistema educativo.
Y de ellos recuerdo con especial cariño a una profesora de economía que tuve.
Se llamaba Maite.
Una profesora excepcional. De esas que ya no hacen.
Me enseñó muchísimas cosas de la vida y de la economía.
Y una de las lecciones que nunca olvidaré de ella fue la siguiente;
“El mayor enemigo de la economía y del ser humano, es la incertidumbre”
Y no os voy a mentir, sonó brutal cuando lo dijo.
Sonó increíble.
Pero no fue hasta que empezaron a pasar los años que me fui dando cada vez más cuenta de la sabiduría y del peso de sus palabras.
Ella, en concreto, nos explicó (agarraos bien) como la incertidumbre, cuando pasaba a formar parte del ambiente social, ralentizaba el consumo y la inversión, haciendo que la economía pasase de un ciclo de expansión a un ciclo de recesión.
O por ponértelo más simple; cuando la gente no sabe qué hacer no hace nada y cuando nadie hace nada llega la crisis. Fin.
Y sí. Esta verdad ha estado cruzándose delante de mis ojos desde que abandone esa aula de instituto. Una y otra vez.
Ha ocurrido en mi vida, en la vida de gente cercana y en las vidas de los cientos de hermanos y hermanas que a través de Instagram han venido a pedirme ayuda con sus vidas.
El problema más grande de la gente es la incertidumbre.
Es el no saber.
El no saber qué hacer con sus decisiones, con su dinero, con su familia, con su físico, con su tiempo… el no saber qué hacer con su vida.
Y de igual manera que cuando los países entran en quiebra tienen que venir otros países a “rescatarles”.
Las personas con incertidumbre caen en crisis de las que también tienen que venir otros a “rescatarles”.
¿Y sabes como te “rescata” alguien cuando no sabes qué hacer? Diciéndote que hacer.
Si no sabes cuál es tu propósito, vendrá alguien y te dará uno.
Si no sabes cuál debe ser tu rutina, vendrá alguien y te dará una.
Si no sabes cuál es tu objetivo, vendrá alguien y te dará uno.
Y con el tiempo empezarás a adherirte a los proyectos y objetivos de los demás, tan solo para no enfrentarte a la incertidumbre de la que tanto huimos.
Tan solo para no enfrentarte al “no sé qué hacer con mi vida”.
Y cada vez veo a más y más jóvenes musulmanes viviendo su vida de esta manera.
Como hojas a merced del viento que se dejan llevar por el primero en indicarles una dirección.
Y es al ver a hermanos y hermanas así que me doy cuenta… de que Maite al fin y al cabo… tenía razón.
Antes de que me vaya quería pedirte un enorme favor que te costará muy poco insha’Allah.
Si te sientes en deuda con Al Qabilah de alguna manera por el valor que hay en este mail, te pido por favor que ayudes a que este valor llegue a otro hermano o hermana musulmán/a. Compártelo en historias, en Twitter, en WhatsApp o donde tú más prefieras.
Tal vez seas la causa por la que Allah ayude a otro hermano/a con este contenido y seas recompensado/a por ello. El profeta dijo “el que guía al bien es como el que lo hace” — Sunan At-Tirmidhi
Confío ciegamente en tu buena voluntad y en tus ganas de ayudar. Baraka lahu fik/i
Gracias una vez más por decidir consumir nuestro contenido y confiar en nosotros
Cualquier cosa incorrecta que haya dicho, sabed que el error es mío y de Shaytan, y Allah y su profeta están libre de él.
¡Nos vemos de nuevo en la próxima carta!
Jazakumu Allahu Khayran wa Salam u alaikoum wa rahmatullah!