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Notas Mentales: Como Lograr Más En Tu Vida

¿Quieres Peces o Ballenas?

Salamu alaikoum wa rahmatullah.

Hoy quiero contarte una historia muy importante que necesitas escuchar.

Érase una vez dos pescadores en un pueblo costero. Uno se llamaba Said y el otro se llamaba Redouane.

Redouane era un pescador brillante, hábil y trabajador. Todos los días cogía su bote, se alejaba un poco de la costa y se ponía a pescar.

Todos los días sin falta. Un verdadero currante.

Traía sardinas, anchoas, caballas, doradas, etc. Y nunca volvía con las manos vacías.

Redouane era apreciado y aclamado por su familia y la gente del pueblo porque siempre tenía pescado para vender.

Y, por otro lado, Redouane también solía reírse a menudo de Said.

¿Por qué?

Porque casi nunca salía a la mar.

Redouane se reía y decía “con lo sencillo que es este trabajo y aun así este tío no sale a traer ni un mísero pez a casa. No da palo al agua (literalmente). Pobre de su familia

Pero aunque Redouane y otros pensaban que Said era un vago redomado, estaban lejos de la realidad.

Said estaba día sí y día también trabajando, pero en lugar de en el mar, en el astillero. Donde se construyen los barcos.

Said estaba construyendo y reforzando su barco haciéndolo más grande, más robusto y más resistente. Equipándose con arpones, anclas y cuerdas.

Said estaba preparándose para surcar el mar.

Y así fue. Llego el día en el que Said contrató a unos cuantos muchachos del puerto y salió al mar.

Pero no salió a unos cientos de metros de la costa como Redouane. Salió a la alta mar.

Durante semanas nadie supo nada de él.

En el pueblo se rumoreaba que Said había muerto o que se había perdido en alta mar.

Pero semanas después, contra todo pronóstico, Said acabó volviendo al pueblo.

Y para sorpresa de todos, venía remolcando una ballena que había cazado junto a su tripulación.

Nadie se lo creía. El mismo Said, que creían que era un pésimo pescador, estaba trayendo el mayor y más exclusivo premio del mar. Una ballena.

Se corrió la voz y la gente en el pueblo y en los alrededores vino corriendo a comprar lo que pudiese de la pieza que había traído Said.

De esa ballena, Said vendió el aceite, la grasa, la carne, los huesos, los bigotes y el ámbar. Hizo una auténtica fortuna que le dio para vivir y cubrir sus gastos para el resto del año.

Las doradas y las sardinas de Redouane no tenían nada que hacer ante semejante logro.

Así que Redouane, con una mezcla de curiosidad y envidia, fue a hablar con Said.

Le preguntó: “¿Una ballena? ¿En serio? ¿En qué momento se te ha ocurrido hacer esto?

Said, con una expresión tranquila, le respondió: “Redouane, yo, a diferencia de ti, no me pregunto “¿qué tengo que pescar para que mi día valga la pena?”, sino “¿qué tengo que pescar para que mi año valga la pena?” Tú en un día puedes pescar un par de doradas y caballas. Yo en un año puedo pescar un par de ballenas.”

Boom.

Said tenía toda la razón del mundo.

Es cierto que las sardinas y las anchoas las puedes pescar en un par de horas. Pero con ellas solo sacas para unas cuantas ventas en el mercado.

Sin embargo, una ballena, puedes vender de ella aceite para las lámparas, carne para el consumo, grasa para los cosméticos, huesos para las herramientas, ámbar para los perfumes y bigotes para los filtros.

¿Qué quiero deciros con todo esto?

Que cuanto más grande sea el plazo de tiempo en el que pienses, más grandes son los objetivos que puedes lograr y más grandes es el progreso que puedes conseguir.

Muchos de vosotros pensáis en qué vais a hacer esta semana. Y en esta semana tal vez puedas leerte la mitad de un libro, tal vez puedas subir un par de posts sin saber muy bien para qué, tal vez puedas intentar ahorrar unos 50 €, pero no mucho más.

Ahora bien, ¿que pasa si piensas en qué puedes hacer este año? Si tuvieses que lograr una sola cosa para que este año valiese la pena… ¿Qué sería?

¿Ves como se acaba de expandir tu mente? Eso es lo que estoy buscando.

En todo un año podrías perder 25 kilos, podrías lanzar un negocio y generar tus primeros 20.000 €, podrías memorizar 12 ahzab de Qur’an…

Y todas esas cosas harían que tu año haya valido la pena.

Serían logros de los que estarías muy orgulloso/a.

Tan solo tienes que ver un horizonte lo suficientemente lejano para que cazar una ballena también sea una tarea posible para ti.

A más grande el mar, más grande el pez. A más grande el plazo, más grande el objetivo.

Anas Kandal

Pues ese es el shift mental que te traigo hoy mi querido lector.

Y para ello quiero que te hagas un par de preguntas:

  • ¿Estoy eligiendo objetivos por comodidad o porque realmente me acercan a la vida que quiero?

  • ¿Qué objetivo grande, ambicioso y transformador me da miedo, pero realmente deseo alcanzar?

  • ¿Cómo puedo ampliar mi horizonte (3-6-12-24 meses) para apuntar a objetivos más grandes y con mayor impacto?

¿Queda claro?

Espero que este mensaje te haya abierto los ojos y te haya ayudado a poner las cosas en perspectiva.

Nos vemos inshaAllah en la próxima.

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