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Perder lleva a ganar. No intentarlo no lleva a ningún lado.
La cruda realidad de la inacción.
Alabado sea Allah únicamente y las oraciones y la paz sean con aquel después de quien no hay profeta. Oh Allah, bendice y concede paz y bendiciones a nuestro amado profeta Muhammad, a su familia, a sus compañeros, y a aquellos que le sigan con virtud hasta el día del juicio.
Oh Allah, enséñanos lo que nos beneficia, y benefícianos con lo que nos enseñas. Guíanos, guía a través de nosotros y haznos una causa para los que son guiados.
A continuación:
Uno de los saboteos más comunes que tenemos los seres humanos es el del miedo a qué pensarán los demás sobre nuestro fracaso.
Es un miedo enorme y permanente sobre “¿qué será de mí?”, si los demás ven que no se me da bien lo que hago, que no entiendo el negocio en el que me he metido o que no estoy aprobando la carrera que estudio.
Un miedo gigantesco que nos paraliza ante la vida.
Y sí, digo paralizar porque la consecuencia de este miedo el 99% de las veces es la inacción.
El ser humano, ante la falta de certeza de que le saldrán bien las cosas delante de la gente, se detiene y prefiere no hacer nada.
“Mientras no haga nada, no podré quedar mal”
Y con la misma velocidad con la que te acercas al fracaso… estás escapando del éxito.
Porque esa es la consecuencia de la inacción.
Yo mismo he sido presa de esta trampa en más ocasiones de las que me gustaría reconocer.
Una y otra vez he estado en esa encrucijada de “No quiero hacer el ridículo… Así que voy a jugar a lo seguro”
¿Y sabéis que significaba jugar a lo seguro?
Significa no jugar en absoluto.
Significa que me llenaba la boca con “estoy emprendiendo”, “estoy en un proyecto con un socio” o “estoy investigando un nuevo modelo de negocio superrentable”
Pero la realidad era que decía esas cosas para sonar interesante y sentirme orgulloso de mí mismo, cuando en verdad en el fondo de mí sabía que no estaba haciendo NADA.
¿Te suena de algo?
Pues esa es la verdad.
Mientras sigas parado en tu sitio, pensando y comiéndote la cabeza sobre cómo hacer las cosas, SIN HACERLAS, seguirás acercándote al fracaso mientras el mundo “y la porción que te corresponde de él” siguen alejándose en el horizonte.
Empieza a actuar.
Empieza a trabajar.
Empieza a equivocarte.
Y con cada equivocación desvelarás el siguiente escalón para el éxito en esta dunya.
Porque como dijo el famoso poeta:
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino. Y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar […]”
Antes de que me vaya quería pedirte un enorme favor que te costará muy poco insha’Allah.
Si te sientes en deuda con Al Qabilah de alguna manera por el valor que hay en este mail, te pido por favor que ayudes a que este valor llegue a otro hermano o hermana musulmán/a. Compártelo en historias, en Twitter, en WhatsApp o donde tú más prefieras.
Tal vez seas la causa por la que Allah ayude a otro hermano/a con este contenido y seas recompensado/a por ello. El profeta dijo “el que guía al bien es como el que lo hace” — Sunan At-Tirmidhi
Confío ciegamente en tu buena voluntad y en tus ganas de ayudar. Baraka lahu fik/i
Gracias una vez más por decidir consumir nuestro contenido y confiar en nosotros
Cualquier cosa incorrecta que haya dicho, sabed que el error es mío y de Shaytan, y Allah y su profeta están libre de él.
¡Nos vemos de nuevo en la próxima carta!
Jazakumu Allahu Khayran wa Salam u alaikoum wa rahmatullah!