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Tercer Paso: La Comunidad
Mientras sigas solo, As-Shaytan va a por ti
Hasta ahora hemos visto que las dos primeras bases que me llevaron a donde estoy han sido El Conocimiento y La Experiencia, pero ahí no es donde acaba la cosa.
Falta un tercer ingrediente. La Comunidad.
Pero antes me voy a tomar la libertad de contaros un poco más de mi historia.
Como os conté a mis 18/19 años empecé a convertirme en un “estudiante autodidacta” muy ambicioso que quería comerse el mundo.
Pasé de ser un absoluto fracaso académico que nunca sacó buenas notas (recuerdo sacar malas notas desde 1º de Primaria incluso), a un tío con las narices metidas en libros, tomando notas de pódcast y queriendo montar negocios. Un chaval bien raro a ojos de todo el mundo.
Y no os voy a mentir. Me juzgaron de muchas maneras y dijeron de todo sobre mí.
¿A mí? Me daba igual.
Tal como os dije; decidí que la imagen que los demás tenían de mí tenía que morir si yo quería tener alguna oportunidad de ser diferente a ellos.
En el fracaso (con suerte) la gente se compadece de ti, en el éxito (con suerte) te halagan, pero entre medio…🤣 más te vale estar dispuesto a que te digan y te llamen de todo, porque solo vas a parecer un loco que vive en el mundo de yupi.
Y ese fue mi caso.
Me insultaron, me criticaron, me cuestionaron y me juzgaron. Amigos y familiares se rieron de mí, hablaron a mis espaldas y me ponían motes y etiquetas sin que yo me enterase, en fin, de todo.
¿Y sabéis por qué me daba igual?
Porque es evidente que no iban a estar de acuerdo conmigo. Sus creencias no son iguales, sus prioridades no son las mismas, el mundo en el que crecieron es diferente, etc.
No podía tomar en cuenta las palabras de gente que no aspiraba a una vida similar a la que quería yo, y tampoco quería acabar con la vida que tenían ellos.
Mi padre (que Allah me lo preserve) ha sido un inmigrante currante que se mataba, día sí, día también, para traer el dinero justísimo a casa. Hasta tal punto de que acabó con hernias discales y fracturas por el trabajo. Quiero mucho a mi padre, pero no quiero vivir igual que él.
Por otro lado, tampoco quería vivir como la gente que estaba yendo a la Uni a estudiar una carrera miserable (que intentaban convencerse a sí mismos de que les gustaba) para que después de 5 añazos acaben (con suerte) en un curro igual de miserable con el que yallah yallah cubrirán sus gastos en una economía medio decadente. No quiero vivir igual que ellos.
Tenía que haber otra manera.
Estaba dispuesto a salir de la caja, y era de esperar que la gente de dentro de la caja no me entendería.
Pero por mucho que yo me sentía diferente al resto de gente que me rodeaba, seguía estando solo en mis delirios. Por mucho que intentaba decirme a mí mismo que hay otra manera… NADIE parecía entender mis ambiciones.
Dicen que la multitud define la norma, y yo no tenía ninguna multitud a mi lado.
Así que más a menudo de lo que me gustaría reconocer… empecé a pensar que era yo el que no era normal.
Es difícil ser un emprendedor en una muchedumbre de empleados.
Es difícil ser un buen siervo de Allah en una muchedumbre de pecadores.
Es difícil tener un matrimonio feliz en una muchedumbre de matrimonios y familias desestructuradas.
Es difícil ponerte y mantenerte en forma, en una muchedumbre de obesos hedonistas.
Y a mí… la cosa se me estaba empezando a poner muy difícil.
Pero recordé unas palabras de nuestro amado Profeta ﷺ.
El profeta ﷺ dijo:
"En verdad, Satanás es un lobo entre la humanidad, como el lobo que se apodera de las ovejas que vagan y se apartan del rebaño. Cuidado con los senderos sinuosos de la montaña. Debes permanecer con la comunidad".
"En verdad, los creyentes son como los ladrillos de un edificio, cada parte refuerza a la otra", y el Profeta juntó sus dedos.
Esta misma importancia que el profeta le da a la comunidad y la unión, tiene que ser igual de importante en el resto de aspectos de la vida.
Hollywood nos ha alimentado con esta narrativa de “tienes que ser un lobo solitario”. Tienes que ser un Thomas Shelby. Tienes que soportar el peso del mundo sobre tus hombros y cargar tus tragedias y ambiciones tú solo.
Y no me malinterpretéis, Thomas Shelby es un tremendo jefazo, pero donde estén las palabras de nuestro amado Profeta ﷺ me va a dar igual TODO lo demás.
Así que ahí me dije a mí mismo: Necesito un equipo.
Necesito hermanos musulmanes, igual de ambiciosos que yo, en los que pueda apoyarme y para los que pueda ser un apoyo.
Necesito a mi lado un grupo de gente, una muchedumbre, una multitud, que esté igual de convencida de que nuestro camino para ser nuestras mejores versiones es digno y merece la pena.
Y eso hice. Como no sabía dónde encontrar gente igual que yo, llamé a la gente igual que yo. E igual que tú. E igual que todos los que están leyendo este mail.
Creé Al Qabilah. Lo que significa La Tribu.
Creé este proyecto con el objetivo de que fuese un bastión y una referencia para los musulmanes que quieran ser sus mejores versiones. Que quieran cambiar sus vidas y cambiar el mundo.
Ahí pasé de ser un “loco delirante” para mi familia y colegas, a ser “uno más” con mis nuevos hermanos y amigos.
Ahí dejé de recorrer el camino solo, porque encontré a gente que iba al mismo destino.
Nuestro primer viaje, a Marruecos, como Comunidad.
Gracias a encontrar y formar una comunidad encontré amigos y hermanos. Gente con la que puedo contar en los momentos más difíciles.
Gente a la que puedo pedir consejo y opinión para mis decisones.
Gente con la que puedo compartir momentos felices sin alejarnos de lo que Allah le agrada y sin alejarnos de nuestros objetivos.
Gente que me entiende y a la que entiendo.
Todos nos hemos beneficiado de la comunidad. En ella hemos encontrado amigos, vecinos, compañeros de viajes, socios para los negocios, etc.
De entre ellos he visto a hermanos ponerse de acuerdo para salir de España e irse a otro lugar a buscar trabajo, hermanos que han emprendido negocios juntos, hermanos que quedan todas las semanas para hacer actividades, practicar deportes, dar paseos y compartir sus victorias y derrotas.

Los chicos y yo alquilando nuestras primeras oficinas para nuestro negocio.
Esto ha sido una ni’mah que ha sacado a la gente de la desgracia, de la soledad y de las garras de los juicios familiares que solo llevan al fracaso. Alhamdulilah.
¿Que hubiese sido de mí si hubiese seguido escuchando a las opiniones y juicios de mis familiares? ¿Que hubiese sido de mí si hubiese seguido siendo el bicho raro?
¿Hubiese abandonado?
Probablemente.
Pero las palabras del Profeta ﷺ siempre son ciertas y jamás fracasarían. Agárrate a la comunidad y no estés solo.
Eso hice, y el resto es historia.
Necesitas a la comunidad.
Y ahora dirás: “Vale Anas, pero de donde saco yo un grupo de gente que me entienda y aspire a lo mismo que yo”
Calma. Sigue esperando y leyendo los mails. Pronto todo encajará como un puzzle.
Ya queda poco.
Me gustaría que me respondieses a este mail contándome tus sensaciones y tus opiniones. Ya sabes que me encanta leeros.
Nos vemos en el próximo mail. Hasta (muy) pronto.